La última década ha traído un nuevo fenómeno: las mujeres tienen mayor protagonismo en la literatura. Autoras jóvenes, cuentistas en su mayoría, acaparan actualmente el universo de los libros. Si durante el siglo pasado el boom latinoamericano estuvo protagonizado por hombres, ahora el papel se ha invertido.
Algunas escritoras que destacan: Samanta Schweblin (Argentina), Fernanda Melchor (Mexico), Liliana Colanzi (Bolivia), Fernanda Ampuero (Ecuador), Paulina Flores (Chile), o Claudia Ulloa (Perú). Y si tuviera que nombrar una representante panameña, que ha hecho suficientes méritos para ser mencionada dentro de ese grupo, escogería a Cheri Lewis.
Cheri ha publicado dos libros de cuentos: Abrir las manos (2013) y El Hilo que nos une (Premio Nacional de Cuento José María Sánchez 2018). En ellos nos plantea escenas inimaginables: una mujer que va dejando partes de su cuerpo a su paso, bebés que repentinamente comienzan a aparecer en la casa, unos padres muertos que dejan en su testamento una petición absurda, una familia condenada a una tragedia tan grande y tan simple como lo es no poder reírse jamás. Y es en ese límite difuso entre lo absurdo, lo fantástico, lo irreal, que se desarrollan sus historias.
Sus cuentos pueden tener tantos significados como lectores. Puedes aceptar un mundo en donde es perfectamente admisible encontrar a una mujer de chocolate admirando las olas en la playa y así disfrutar de las situaciones en otro caso ilógicas que viven los personajes o puedes tratar de desenmarañar un poco las imágenes, de leer entre líneas. Mis historias favoritas son esas: las que te permiten fantasear como niño y a la vez sufrir el subtexto como un adulto receloso, incrédulo.
En su obra, de una prosa sencilla que permite una lectura entretenida, surgen temáticas como la maternidad, la muerte, el desamor, la sexualidad, el miedo supersticioso de aquel abuelito/tío/primo interiorano. Deja en el aire ideas que no se pasan por alto, pues ¿quién no quiso alguna vez poder esconder en alguna parte del cerebro el recuerdo doloroso de un amor no correspondido?, o por ejemplo, ¿“descogerse” como la mujer de la que le cuenta Rubén a Efraín en aquella cantina?
Cheri Lewis es, en definitiva, una autora de lectura fundamental para todo el que quiera una muestra de la buena literatura que también se produce en Panamá y que dialoga con los exitosos libros de las escritoras que he mencionado.
Por: Berly Núñez Pitty (@berlydenisse)