Por: Jorge Atencio
Uno de los autores más influyentes de la ciencia ficción es el fallecido Phillip K. Dick, y uno de sus más prominentes trabajos es la novela Do Androids Dream Of Electric Sheep? La cual inspiró las películas Blade Runner y Blade Runner 2049, y fue adaptada a novela gráfica por Boom! Studios.
Publicada originalmente como una miniserie de 24 capítulos en el 2009, la versión gráfica toma el excelente texto y narrativa que Dick publicó en 1968 y lo coloca sobre el magistral arte de Tony Parker, el cual es dinámico y sombrío al mismo tiempo.
La historia original nos presenta un mundo futurista en donde los humanos conviven con androides casi similares a los humanos y demás seres orgánicos, utilizados como esclavos o sirvientes. Cada vez que un androide no sigue sus protocolos, se llama a unos Cazadores de recompensas. Esta sociedad está tan automatizada y destruida que el status social de una persona aumenta si entre sus posesiones se encuentra un animal real, que han caído en extinción y algunos de ellos han sido reemplazados por robots. Dentro de este ambiente apocalíptico, el cazador Rick Deckard sueña con reunir el dinero suficiente para poder comprar una oveja, mejorando su nivel económico y social. Buscando como mejorar su vida, Deckard es contratado para encontrar a un grupo de androides fugitivos que se han rebelado contra la humanidad, dirigidos por el militante Roy Batty. La investigación lo lleva a conocer a Rachael, y a un grupo secreto de policías, que logran crear en Deckard las dudas de su propia humanidad.
Esta novela es considerada como la obra maestra de Dick, aunque muchas de sus ideas nacieron en 1968, otras ideas parecen ser adelantadas a su tiempo: en época actual, con las redes sociales, hemos visto como mostrarnos como personas materialistas y despreocupadas influyen en nuestra vida y status social, e incluso como el estado o publicación de otra persona se convierte en el tema de conversación del día. En la novela, mientras Deckard siente que su matrimonio depende de posesiones y estatus, su esposa, Iran, es uno de los muchos humanos que solo prestan atención a las palabras de Wilbur Mercer, una celebridad cuyo culto a la tecnología es la única motivación para el día. Todo el trabajo de Dick, en medio de la Ciencia Ficción se basa en la humanidad y en la existencia de uno mismo, y al final nos deja muchas preguntas: ¿Por ser humanos somos mejores que las máquinas de las que dependemos? ¿La tecnología será capaz de reproducir la naturaleza que ella nos aleja? Sin duda la versión novela gráfica es de gran ayuda para aquellos que desean experimentar estas mismas palabras de otro punto de vista.