Las atrocidades de la guerra en Colombia han sido tan amplias, que es imposible dar cuenta de todas y cada una de ellas. Sin embargo, no deben cesar los esfuerzos para que cada historia posible de ser contada y transformada encuentre espacio para existir. Ese debe ser un esfuerzo y compromiso cada vez más generalizado por varias decadas a partir de ahora. Es eso precisamente lo que busca En blanco y rojo, huellas de guerra y silencio.Cada una de las historias es un universo de experiencia para quien las narra en primera persona, aunque no tenga siempre las condiciones para reconstruirlas, compartirlas, elaborarlas y transformarse a traves de este proceso. El trabajo editorial de En blanco y rojo, es un aporte universal para algunas de las historias infantiles de la guerra, que en singularidad sintieron cómo la vida cambió para siempre, aunque no por causa de condiciones deseables, sino violentamente fortuitas.
Las atrocidades de la guerra en Colombia han sido tan amplias, que es imposible dar cuenta de todas y cada una de ellas. Sin embargo, no deben cesar los esfuerzos para que cada historia posible de ser contada y transformada encuentre espacio para existir. Ese debe ser un esfuerzo y compromiso cada vez más generalizado por varias decadas a partir de ahora. Es eso precisamente lo que busca En blanco y rojo, huellas de guerra y silencio.Cada una de las historias es un universo de experiencia para quien las narra en primera persona, aunque no tenga siempre las condiciones para reconstruirlas, compartirlas, elaborarlas y transformarse a traves de este proceso. El trabajo editorial de En blanco y rojo, es un aporte universal para algunas de las historias infantiles de la guerra, que en singularidad sintieron cómo la vida cambió para siempre, aunque no por causa de condiciones deseables, sino violentamente fortuitas.