Un fascinante recorrido literario a través de las ficciones que contribuyeron a la construcción del espacio mítico de Cien años de soledad.
«...lo que hay entre La hojarasca y Cien años de soledad son unos quince años de fastidiarse mucho, de vivir mucho y de estar pendiente de esto todos los días, tratando de ver cómo eran las cosas.» Gabriel García Márquez
García Márquez sostuvo en diversas oportunidades que para escribir un libro primero había que aprender a escribirlo y, solo entonces, enfrentarse a la máquina de escribir. A él le tomó casi veinte años "vivir" en Macondo, para aprender a escribir ese portento de la literatura de todos los tiempos que es Cien años de soledad. Esta antología, realizada con el ánimo de rastrear la andadura del escritor, compila todos los textos publicados en los que ese universo mítico fue tomando forma. Desde sus apuntes para una novela de 1950 y primeros relatos, hasta La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora en 1966, en lo que supone la efervescente antesala a la creación de Cien años de soledad.
Bienvenido, lector, a este Camino a Macondo.
Un fascinante recorrido literario a través de las ficciones que contribuyeron a la construcción del espacio mítico de Cien años de soledad.
«...lo que hay entre La hojarasca y Cien años de soledad son unos quince años de fastidiarse mucho, de vivir mucho y de estar pendiente de esto todos los días, tratando de ver cómo eran las cosas.» Gabriel García Márquez
García Márquez sostuvo en diversas oportunidades que para escribir un libro primero había que aprender a escribirlo y, solo entonces, enfrentarse a la máquina de escribir. A él le tomó casi veinte años "vivir" en Macondo, para aprender a escribir ese portento de la literatura de todos los tiempos que es Cien años de soledad. Esta antología, realizada con el ánimo de rastrear la andadura del escritor, compila todos los textos publicados en los que ese universo mítico fue tomando forma. Desde sus apuntes para una novela de 1950 y primeros relatos, hasta La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora en 1966, en lo que supone la efervescente antesala a la creación de Cien años de soledad.
Bienvenido, lector, a este Camino a Macondo.