«¿Qué falta en Colombia, Estanislao? Yo lo sé. Tengo en mi poder ese secreto desde hace un año, así como mi tía Lila tuvo al diablo prisionero en una jofaina durante nueve meses, el tiempo de la preñez de mi madre… ¿Cuál es? Que toda belleza, bondad y poder nos vienen de Dios. En Colombia nadie, ni los hombres de la llave, tienen amistades con Dios. Colombia es país tímido, humanidad apaleada. Muy inteligentes, pero tienen miedo. Por eso la esterilidad. Los gobernadores piensan al acaso, sobre el libro que leen, como si fueran gente sin ombligo».
«¿Qué falta en Colombia, Estanislao? Yo lo sé. Tengo en mi poder ese secreto desde hace un año, así como mi tía Lila tuvo al diablo prisionero en una jofaina durante nueve meses, el tiempo de la preñez de mi madre… ¿Cuál es? Que toda belleza, bondad y poder nos vienen de Dios. En Colombia nadie, ni los hombres de la llave, tienen amistades con Dios. Colombia es país tímido, humanidad apaleada. Muy inteligentes, pero tienen miedo. Por eso la esterilidad. Los gobernadores piensan al acaso, sobre el libro que leen, como si fueran gente sin ombligo».