Como un río que corre, la memoria es siempre la posibilidad de mantener vivos los encuentros y desencuentros, cuando asume los cambios de piel que la acompañan como una sombra, pero también como una luz. En este libro Hernán Darío Correa, editor y sociólogo, se sumerge en ese río que es la vida para contarnos que la aventura está tanto en los libros y la lectura como en la política y el amor. De los tempranos años cincuenta a los cruentos ochenta del siglo pasado, estas páginas nos pasean por la propia subjetividad y por las trampas de una cultura nacional letrada, mesiánica y doctrinaria, a través de las encrucijadas de un país sin duelos que padece de un olvido siempre gris, en unos renovados ciclos de violencia y desarrollo que parecen no tener fin.
Como un río que corre, la memoria es siempre la posibilidad de mantener vivos los encuentros y desencuentros, cuando asume los cambios de piel que la acompañan como una sombra, pero también como una luz. En este libro Hernán Darío Correa, editor y sociólogo, se sumerge en ese río que es la vida para contarnos que la aventura está tanto en los libros y la lectura como en la política y el amor. De los tempranos años cincuenta a los cruentos ochenta del siglo pasado, estas páginas nos pasean por la propia subjetividad y por las trampas de una cultura nacional letrada, mesiánica y doctrinaria, a través de las encrucijadas de un país sin duelos que padece de un olvido siempre gris, en unos renovados ciclos de violencia y desarrollo que parecen no tener fin.