La ciencia ficción siempre nos ha dado una esperanza. Si no en el mundo, en la imaginación, que nos ayuda a darle forma y, llegado el momento o la necesidad, a cambiarlo. Estas son siete imaginaciones, siete esperanzas. Pueden venir en forma de susurro o de grito, de temor o de abierta franqueza; depende de quien las reciba. Son multiformes y multicoloridas, ejercicios de posibilidad que lanzan sus extremidades hacia zonas desconocidas del tiempo y el espacio, así como de la mente y el espíritu que creen que los atraviesan, aunque es más bien al contrario. Y por eso justamente, por saberlo y decirlo a su manera, estas son siete verdades.
La ciencia ficción siempre nos ha dado una esperanza. Si no en el mundo, en la imaginación, que nos ayuda a darle forma y, llegado el momento o la necesidad, a cambiarlo. Estas son siete imaginaciones, siete esperanzas. Pueden venir en forma de susurro o de grito, de temor o de abierta franqueza; depende de quien las reciba. Son multiformes y multicoloridas, ejercicios de posibilidad que lanzan sus extremidades hacia zonas desconocidas del tiempo y el espacio, así como de la mente y el espíritu que creen que los atraviesan, aunque es más bien al contrario. Y por eso justamente, por saberlo y decirlo a su manera, estas son siete verdades.