María Carolina Hoyos Turbay tenía 18 años cuando se enteró por la radio de la operación autorizada por el entonces presidente César Gaviria para intentar liberar a su mamá, secuestrada por Pablo Escobar. Horas después, luego de un rescate fallido y frente al cuerpo sin vida de Diana Turbay, su hija le prometió que nunca más volvería a sonreír. Tuvieron que pasar muchos años, muchas lágrimas y mucho dolor para que María Carolina decidiera incumplir esa promesa, retomar su vida e intentar ser feliz.
Esta es la historia de cómo una mujer colombiana, una hija a quien el narcotráfico le arrebató a su madre, decidió perdonar. Pero también podría ser la historia de aquellos que un día pensaron que jamás se recuperarían de una enfermedad, un divorcio o una crisis económica. Este testimonio confirma que, a pesar de las situaciones más adversas, es posible salir a flote y volver a sonreír.
"Me asombra gratamente una combinación que aflora en todos los párrafos de este libro: la naturalidad de periodismo auténtico con que la autora describe sus emociones más íntimas y sus pesares más entrañables. Solo una persona que tenga el corazón en paz puede traducir así los rincones de su propia alma, con sencillez y maestría al mismo tiempo".
-Tomado del prólogo de Juan Gossaín.
María Carolina Hoyos Turbay tenía 18 años cuando se enteró por la radio de la operación autorizada por el entonces presidente César Gaviria para intentar liberar a su mamá, secuestrada por Pablo Escobar. Horas después, luego de un rescate fallido y frente al cuerpo sin vida de Diana Turbay, su hija le prometió que nunca más volvería a sonreír. Tuvieron que pasar muchos años, muchas lágrimas y mucho dolor para que María Carolina decidiera incumplir esa promesa, retomar su vida e intentar ser feliz.
Esta es la historia de cómo una mujer colombiana, una hija a quien el narcotráfico le arrebató a su madre, decidió perdonar. Pero también podría ser la historia de aquellos que un día pensaron que jamás se recuperarían de una enfermedad, un divorcio o una crisis económica. Este testimonio confirma que, a pesar de las situaciones más adversas, es posible salir a flote y volver a sonreír.
"Me asombra gratamente una combinación que aflora en todos los párrafos de este libro: la naturalidad de periodismo auténtico con que la autora describe sus emociones más íntimas y sus pesares más entrañables. Solo una persona que tenga el corazón en paz puede traducir así los rincones de su propia alma, con sencillez y maestría al mismo tiempo".
-Tomado del prólogo de Juan Gossaín.