Un departamento donde caben Burroughs, Breton, Traven, Bowles, Humboldt, Lowry y México.
Recorrer los 42 metros cuadrados de novela es transitar por el mapa de una casa común: la crónica de unas vidas que, como todas, son inabarcables.
¿Cuántas existencias caben en una sola vida? Ante la ventana de una casa que está a punto de abandonar, un joven se hace esta pregunta. Sabe que se halla en una encrucijada y que frente a él se despliegan dos trayectos posibles: el amor o la muerte, el azar o la decisión, fluir o destruir. En la sinuosa respuesta a su duda, su casa será habitada por seis fantasmas, seis escritores que buscaron en México, sin más método que el exceso, una idea o un espejismo absoluto: André Bretón, B. Traven, Willam Burroughs, Malcolm Lowry, Jane Bowles y Alexander von Humboldt.
En 42 metros cuadrados, todo objeto, toda persona, se convierte en un obstáculo, pero recorrer su estrechez nos va entrenando para nuestra propia insuficiencia. En esta novela cronicada -homenaje y parodia de la vida de los santos o de los césares-, Fabrizio Mejía Madrid nos recuerda que vivir en mudanza permanente puede ser tan sólo una forma de inmovilidad.
Pase usted: está en su casa.
Un departamento donde caben Burroughs, Breton, Traven, Bowles, Humboldt, Lowry y México.
Recorrer los 42 metros cuadrados de novela es transitar por el mapa de una casa común: la crónica de unas vidas que, como todas, son inabarcables.
¿Cuántas existencias caben en una sola vida? Ante la ventana de una casa que está a punto de abandonar, un joven se hace esta pregunta. Sabe que se halla en una encrucijada y que frente a él se despliegan dos trayectos posibles: el amor o la muerte, el azar o la decisión, fluir o destruir. En la sinuosa respuesta a su duda, su casa será habitada por seis fantasmas, seis escritores que buscaron en México, sin más método que el exceso, una idea o un espejismo absoluto: André Bretón, B. Traven, Willam Burroughs, Malcolm Lowry, Jane Bowles y Alexander von Humboldt.
En 42 metros cuadrados, todo objeto, toda persona, se convierte en un obstáculo, pero recorrer su estrechez nos va entrenando para nuestra propia insuficiencia. En esta novela cronicada -homenaje y parodia de la vida de los santos o de los césares-, Fabrizio Mejía Madrid nos recuerda que vivir en mudanza permanente puede ser tan sólo una forma de inmovilidad.
Pase usted: está en su casa.