En una China que vive a caballo entre costumbres milenarias y los temibles avances que imponen a golpe de tratados los diablos extranjeros, nace una historia de amor prohibida y secreta.
Hermana Menor nació cuando nadie la esperaba, en el momento exacto en el que un rayo rompió la tierra en dos al norte del Yangtsé. No se molestaron en darle un nombre porque, ¿quién querría a una mujer que mira al oeste y solo tendrá pájaros en la cabeza?
Creció olvidada por todos hasta que una tarde de invierno se presentó ante su señor en el salón de las Alegrías Eternas y recitó un viejo poema de la dinastía Tang con tal fervorosa pasión que arrancó lágrimas de los ojos oscuros de su padre. Emocionado ante la destreza de la pequeña le permitió ampliar sus estudios más allá de los Cuatro Libros.
Uther Byrne vino al mundo en tierra extranjera, aunque aquella comadrona china les aseguró que nacer a la hora del tigre -antes del alba- solo auguraba buenas nuevas para el recién nacido.
Pocas criaturas vienen al mundo preparadas para superar los embates que a otros hundirían. Igual que el agua sigue su curso, incluso, bajo las capas del hielo más duro, él mostrará benevolencia, presentará pelea o temperará su genio según la ocasión lo merite.
Y una mañana de primavera, el niño blanco se coló en la casa de la niña que no tenía nombre. Su amistad no estaba permitida y ellos desconocían que el mundo ya los había separado mucho antes de permitirles siquiera estar juntos.
Al filo del agua es la historia de los pecados de los padres, de la repercusión en los hijos, del dolor y el amor que surge en medio de una China que se resquebraja.