El peligro del amor es que se puede transformar en amistad; el peligro del sexo es que te puedes enamorar.
Amor es prosa, sexo es poesía reúne las mejores crónicas afectivas de Arnaldo Jabor.
Aclamado director de cine, autor de algunos de los best sellers más sonados en Brasil, periodista que escribe con el corazón, Arnaldo Jabor es un feliz descubrimiento para los lectores españoles. Con una inusual capacidad evocadora, y provocadora, Jabor recorre en esta obra el territorio plagado de contradicciones del amor.
Sin pudor, Arnaldo Jabor descubre su hambre de belleza en todo: en la vida, en la política, en el amor, en el sexo. Confiesa ternuras y envidias. Repite incansablemente: las mujeres desean al hombre inalcanzable, ¡las mujeres tienen debilidad por los canallas! Y así, Jabor, reconoce uno de sus mayores miedos: «Los abismos de las mujeres son venenosos, su secreto nos mata».
Pero llega un momento en que todo héroe se deprime y siente que también necesita un ritual de encuentro. Es para ese hombre, y sobre todo para la mujer que tiene al lado, para quien Jabor escribe sus crónicas afectivas.
Con la misma exuberancia que imprime a sus comentarios políticos escribe sobre nuestras obsesiones más íntimas: sexo y amor, familia, mujeres.
Más que por el poder, él apuesta por el amor como una ilusión sin la cual no podemos vivir.
El peligro del amor es que se puede transformar en amistad; el peligro del sexo es que te puedes enamorar.
Amor es prosa, sexo es poesía reúne las mejores crónicas afectivas de Arnaldo Jabor.
Aclamado director de cine, autor de algunos de los best sellers más sonados en Brasil, periodista que escribe con el corazón, Arnaldo Jabor es un feliz descubrimiento para los lectores españoles. Con una inusual capacidad evocadora, y provocadora, Jabor recorre en esta obra el territorio plagado de contradicciones del amor.
Sin pudor, Arnaldo Jabor descubre su hambre de belleza en todo: en la vida, en la política, en el amor, en el sexo. Confiesa ternuras y envidias. Repite incansablemente: las mujeres desean al hombre inalcanzable, ¡las mujeres tienen debilidad por los canallas! Y así, Jabor, reconoce uno de sus mayores miedos: «Los abismos de las mujeres son venenosos, su secreto nos mata».
Pero llega un momento en que todo héroe se deprime y siente que también necesita un ritual de encuentro. Es para ese hombre, y sobre todo para la mujer que tiene al lado, para quien Jabor escribe sus crónicas afectivas.
Con la misma exuberancia que imprime a sus comentarios políticos escribe sobre nuestras obsesiones más íntimas: sexo y amor, familia, mujeres.
Más que por el poder, él apuesta por el amor como una ilusión sin la cual no podemos vivir.