Artistas de variedades, título del primer libro de Daniel Moyano (nacido en Buenos Aires en 1930, su muerte se produjo a los 61 años en Madrid, donde se había exiliado tras el golpe del ´76), fue publicado por la Librería Editorial Assandri en 1960. Uno de los integrantes del jurado que premió a Moyano en 1958 merece ser recordado dada su ya por entonces reconocida producción filosófica, literaria (tradujo a Rilke, Novalis y Rimbaud y también escribió poesía), geográfica e histórica (su Claves de la historia de Córdoba sigue siendo una obra cuyos exhaustivos enfoques, el de la modernidad es uno de ellos, mantienen incólume su actualidad): se trata de Alfredo Terzaga (1920-1974). Paralelamente, Enrique L. Revol, E. Sosa López y el inolvidable Alberto Burnichón (quien le publicó en 1963 el cuento “El rescate”) alentaron y ayudaron a Moyano. Y en Artistas de variedades, en sus personajes, en su topografía, en sus cruciales espacios barriales, en cierto tono coloquial emitido por las sucesivas capas de una urbe que los cuentos recobran con espontaneidad no exenta de ironía, en todos estos aspectos -y en muchos más- Córdoba asoma cada tanto fluidamente y sin ostentación, al igual que esas afinidades que no necesitan aclarar que lo son.
Artistas de variedades, título del primer libro de Daniel Moyano (nacido en Buenos Aires en 1930, su muerte se produjo a los 61 años en Madrid, donde se había exiliado tras el golpe del ´76), fue publicado por la Librería Editorial Assandri en 1960. Uno de los integrantes del jurado que premió a Moyano en 1958 merece ser recordado dada su ya por entonces reconocida producción filosófica, literaria (tradujo a Rilke, Novalis y Rimbaud y también escribió poesía), geográfica e histórica (su Claves de la historia de Córdoba sigue siendo una obra cuyos exhaustivos enfoques, el de la modernidad es uno de ellos, mantienen incólume su actualidad): se trata de Alfredo Terzaga (1920-1974). Paralelamente, Enrique L. Revol, E. Sosa López y el inolvidable Alberto Burnichón (quien le publicó en 1963 el cuento “El rescate”) alentaron y ayudaron a Moyano. Y en Artistas de variedades, en sus personajes, en su topografía, en sus cruciales espacios barriales, en cierto tono coloquial emitido por las sucesivas capas de una urbe que los cuentos recobran con espontaneidad no exenta de ironía, en todos estos aspectos -y en muchos más- Córdoba asoma cada tanto fluidamente y sin ostentación, al igual que esas afinidades que no necesitan aclarar que lo son.