A Alicia Eguren y Pirí Lugones el destino les tenía reservado el mismo
recorrido. Estudiantes de Filosofía y Letras cuando la vanguardia
intelectual y política empezaba a despertarse frente al surgimiento del
peronismo, ambas fueron marcadas por el fuego de la política, el sexo, y
el arte. Comprometidas con la izquierda latinoamericana terminaron
desaparecidas por su participación en el peronismo revolucionario.
Alicia fue secuestrada en la ESMA en 1977 y Pirí fue asesinada el 18 de
febrero de 1978, exactamente el mismo día pero 40 años después del
suicidio de su abuelo Leopoldo en el Tigre.
Alicia Eguren y Pirí Lugones fueron escritoras, periodistas, editoras,
traductoras y conspiradoras. Protagonistas de una violencia que
consideraron una fatalidad, se involucraron de lleno en la construcción
de un destino colectivo de justicia y solidaridad, y participaron de
todos los debates sobre el destino de la Argentina, América latina y el
Tercer Mundo.
Alicia y Pirí nacieron en los años veinte. Alicia, primogénita de una
familia de profesionales de cuño radical y peronista; Pirí, nieta del
gran poeta nacional Leopoldo Lugones, intelectual del régimen de la
derecha conservadora y golpista de los años 30, e hija del policía que
introdujo de la picana eléctrica para la persecución de opositores.
Ambas estudiaron Filosofía y Letras, lucharon contra el sometimiento de
las mujeres, creyeron en el sexo libre y conocieron el amor entre las
sábanas de la revolución junto a intelectuales y militantes de fuste:
John William Cooke y Rodolfo Walsh.
Ambas fueron nacionalistas, guevaristas y defensoras de la epopeya
rebelde en Cuba.
La vida de Alicia estuvo marcada por clandestinidades, destierros y
pérdidas. La vida de Pirí por pasiones, desafíos y suicidios.
Las dos iluminaron la vanguardia cultural y política de los años sesenta
y setenta en la Argentina.
Perseguidas y asesinadas por la dictadura militar, ambas se merecen esta
memoria.