El motivo de este texto es compartir un modelo de método clínico, que hemos usado cotidianamente por años. "La atención profesional médica de un paciente, no es un simple ejercicio intelectual teórico personal o una trivia cognitiva entre profesionales, sino que es un proceso orientado a la tarea de diagnosticar y tratar, con el fin de curar o recuperar lo mejor posible, la salud alterada de una persona vulnerable, sufriente y real, lo que requiere de una acción responsable, empática, eficaz y eficiente. Los diferentes recursos materiales y humanos para asistir y resolver estas tareas son siempre limitados, así el acceso y actuar a tiempo, resultan no solo bienes escasos sino también variables fundamentales que afectan la calidad del resultado final de estas tareas en una forma fundamental y a veces determinante en términos de secuelas y sobrevida. Por esto la aproximación clínica de un paciente usando un sistema censal, lineal y fijo, que cubra "todas" las variables teóricas posibles de un diagnóstico, no es útil al menos para una primera evaluación, especialmente en una situación de urgencia. De allí la importancia de tener un método clínico, entendido como una herramienta orientadora de un proceso dinámico de análisis, donde al existir una matriz central esta permite explorar con un orden, pero también adecuándose a cada situación clínica con flexibilidad, permitiendo además corregir los errores que se detecten en la auditoria reflexiva posterior. El método clínico busca reducir la improvisación intuitiva, el sentido común personal con sesgo empírico, la búsqueda de aciertos casuales en base a numerosos exámenes realizados sin preguntas previas".
El motivo de este texto es compartir un modelo de método clínico, que hemos usado cotidianamente por años. "La atención profesional médica de un paciente, no es un simple ejercicio intelectual teórico personal o una trivia cognitiva entre profesionales, sino que es un proceso orientado a la tarea de diagnosticar y tratar, con el fin de curar o recuperar lo mejor posible, la salud alterada de una persona vulnerable, sufriente y real, lo que requiere de una acción responsable, empática, eficaz y eficiente. Los diferentes recursos materiales y humanos para asistir y resolver estas tareas son siempre limitados, así el acceso y actuar a tiempo, resultan no solo bienes escasos sino también variables fundamentales que afectan la calidad del resultado final de estas tareas en una forma fundamental y a veces determinante en términos de secuelas y sobrevida. Por esto la aproximación clínica de un paciente usando un sistema censal, lineal y fijo, que cubra "todas" las variables teóricas posibles de un diagnóstico, no es útil al menos para una primera evaluación, especialmente en una situación de urgencia. De allí la importancia de tener un método clínico, entendido como una herramienta orientadora de un proceso dinámico de análisis, donde al existir una matriz central esta permite explorar con un orden, pero también adecuándose a cada situación clínica con flexibilidad, permitiendo además corregir los errores que se detecten en la auditoria reflexiva posterior. El método clínico busca reducir la improvisación intuitiva, el sentido común personal con sesgo empírico, la búsqueda de aciertos casuales en base a numerosos exámenes realizados sin preguntas previas".