Una hija es lo que une a los protagonistas de esta apasionante novela, en la que una madre tendrá que tomar una decisión muy importante sin margen de error.
¿Puede un hombre cambiar con el tiempo?
Nataly deberá descubrirlo tras años separada de su esposo.
Cuando los celos irracionales y las actitudes posesivas por parte de Max, su esposo, superan todo lo que Nataly esperaba de ese matrimonio, ella decide poner fin a esa relación insana, rehacer su vida y alejarse de él. Sin embargo, al descubrir, unas semanas después, que está embarazada, teme que él pueda aprovecharse de esa situación y que, finalmente, la controle como siempre ha deseado. Entonces Nataly desaparecerá de su vida sin dejar rastro. Durante cuatro años, logra mantenerse fuera de su alcance. Pero el destino tiene otros planes.
Una empresa de médicos, de la que Max resulta ser el dueño, cierra trato con el mismo hospital donde ella trabaja. El miedo de Nataly a que él descubra que tiene una hija la obligará a ocultar a Natasha, su pequeña. No obstante, por accidente, él lo averiguará, y ella deberá luchar con este nuevo hombre que se le presenta, pues Max ahora es comprensivo, tolerante y dispuesto a conciliar. Pero, sobre todo, tendrá que enfrentarse a la atracción y al amor que siempre ha sentido por él y que estaban latentes en su corazón.
Una hija es lo que une a los protagonistas de esta apasionante novela, en la que una madre tendrá que tomar una decisión muy importante sin margen de error.
¿Puede un hombre cambiar con el tiempo?
Nataly deberá descubrirlo tras años separada de su esposo.
Cuando los celos irracionales y las actitudes posesivas por parte de Max, su esposo, superan todo lo que Nataly esperaba de ese matrimonio, ella decide poner fin a esa relación insana, rehacer su vida y alejarse de él. Sin embargo, al descubrir, unas semanas después, que está embarazada, teme que él pueda aprovecharse de esa situación y que, finalmente, la controle como siempre ha deseado. Entonces Nataly desaparecerá de su vida sin dejar rastro. Durante cuatro años, logra mantenerse fuera de su alcance. Pero el destino tiene otros planes.
Una empresa de médicos, de la que Max resulta ser el dueño, cierra trato con el mismo hospital donde ella trabaja. El miedo de Nataly a que él descubra que tiene una hija la obligará a ocultar a Natasha, su pequeña. No obstante, por accidente, él lo averiguará, y ella deberá luchar con este nuevo hombre que se le presenta, pues Max ahora es comprensivo, tolerante y dispuesto a conciliar. Pero, sobre todo, tendrá que enfrentarse a la atracción y al amor que siempre ha sentido por él y que estaban latentes en su corazón.