Abordar temas de arte en la escuela infantil surge del deseo de ofrecer a los niños bondades, bellezas y placer. En el momento evolutivo que transitan, muchas experiencias pasan por el cuerpo, por el afecto, por el puro sentir. Es un tiempo de sensaciones, de movimiento, de hacerse al mundo, de disfrutar. Es la época de la magia, de la omnipotencia, del narcisismo, del soñar que todo aquello que uno desea lo obtendrá, y que todo aquello que uno tiene permanecerá para siempre, incluido el propio ser.
Partiendo de las características de los niños, el planteamiento de acercarlos a conocer algunos aspectos de la cultura tiene el sentido de hacerles un presente, otorgarles un don, una gracia. Al mostrarles pinturas, cerámicas, esculturas, grabados, fotografías, palacios o torres, les hacemos el regalo de abrirles los ojos a la belleza, despertamos su sensibilidad, afinamos sus miradas, para que el placer que atesoran crezca y los acompañe a lo largo de sus vidas.
Regalemos a los niños un arte que sea guapo y bueno al mismo tiempo, como ellos lo manifiestan y sienten. Un arte a la medida de sus ojos y de sus emociones. Un arte que invite a crecer, a inventar, a producir belleza... y a disfrutarla.
Abordar temas de arte en la escuela infantil surge del deseo de ofrecer a los niños bondades, bellezas y placer. En el momento evolutivo que transitan, muchas experiencias pasan por el cuerpo, por el afecto, por el puro sentir. Es un tiempo de sensaciones, de movimiento, de hacerse al mundo, de disfrutar. Es la época de la magia, de la omnipotencia, del narcisismo, del soñar que todo aquello que uno desea lo obtendrá, y que todo aquello que uno tiene permanecerá para siempre, incluido el propio ser.
Partiendo de las características de los niños, el planteamiento de acercarlos a conocer algunos aspectos de la cultura tiene el sentido de hacerles un presente, otorgarles un don, una gracia. Al mostrarles pinturas, cerámicas, esculturas, grabados, fotografías, palacios o torres, les hacemos el regalo de abrirles los ojos a la belleza, despertamos su sensibilidad, afinamos sus miradas, para que el placer que atesoran crezca y los acompañe a lo largo de sus vidas.
Regalemos a los niños un arte que sea guapo y bueno al mismo tiempo, como ellos lo manifiestan y sienten. Un arte a la medida de sus ojos y de sus emociones. Un arte que invite a crecer, a inventar, a producir belleza... y a disfrutarla.