¿Quién de los dos se tragará el orgullo primero y reconocerá que todo el rencor que sienten el uno por el otro no es más que pasión contenida y mal disimulada?
La tercera entrega de la divertida y sensual serie «Enredos con la ley», de Ruth M. Lerga.
Todos los amigos del grupo afirmaban que Isabel y David se llevaban como el perro y el gato.
Si le preguntabas a ella te daba la razón y te decía que el subinspector de policía se comportaba como un dóberman; si era él quien tenía que responder, aseguraba que la doctora tenía, en efecto, las uñas muy afiladas.
Pero es que el día que se conocieron la cosa no pudo ir peor, él estaba de mal humor, ella hizo un comentario desafortunado y la bronca fue inevitable.
Sin embargo, una noche Isa se cuela por error en un dispositivo policial en el que David participa y la situación acaba de la manera más inesperada para ambos.
Desde entonces, parece que no son capaces de mantener las manos quietas.
Los lectores han dicho:
«De esta entrega no solo me ha gustado la relación atracción-repudia de los protagonistas, sino las indicaciones que nos da de la ciudad; parece que estás allí. Tiene escenas tirantes, otras divertidísimas y unas cuantas que suben la temperatura. Vamos, que lo tiene todo y sería un desperdicio no leerla». Nieves, blog Críticas, reseñas y opiniones de novela romántica
«Esta tercera entrega me ha tenido cautivada desde el principio, aunque menos erótica que las anteriores, la dinámica de amor y odio entre Isa y David me ha mantenido enganchada desde la primera hoja. Os aseguro que la historia os atrapará y os robará el aliento en cada capítulo». @inmaculada_jaen (vía Instagram)
«Es una lectura bastante rápida como las anteriores, pero sigue contando una historia con enredos, amistad, escenas eróticas, love is in the air y para qué negarlo el cuerpo de policía está presente, muy presente». @mecaienunlibro (vía Instagram)
«Me encantan estos relatos; son ágiles, divertidos, adictivos y calientes. Son de los que enganchan nada más empezar a leer. Si a estos ingredientes sumamos la maravillosa pluma de Ruth M. Lerga, el entretenimiento está asegurado».