Un nombre y sus circunstancias de más de dos milenios vuelven a presentarse en la actualidad argentina, como lo habían hecho ya en “La trama”, de Borges. Como siguiendo las enseñanzas de Maquiavelo, este libro hace de la lejanía histórica y geográfica (de la distancia que nos separa de la Roma del siglo I antes de Cristo) un motivo propicio para pensar el presente. El vínculo de Julio César con la república romana ha sido visto, en general, como de oposición y clausura. Este libro reabre una contienda con ese bloque, sólido y hegemónico, de interpretaciones, porque se resiste a entregar la palabra república a la parte rica y poderosa de una sociedad, que supo usarla, que sabe usarla, como escudo para sostener sus privilegios. (Del prólogo de Guillermo Vazquez)
Un nombre y sus circunstancias de más de dos milenios vuelven a presentarse en la actualidad argentina, como lo habían hecho ya en “La trama”, de Borges. Como siguiendo las enseñanzas de Maquiavelo, este libro hace de la lejanía histórica y geográfica (de la distancia que nos separa de la Roma del siglo I antes de Cristo) un motivo propicio para pensar el presente. El vínculo de Julio César con la república romana ha sido visto, en general, como de oposición y clausura. Este libro reabre una contienda con ese bloque, sólido y hegemónico, de interpretaciones, porque se resiste a entregar la palabra república a la parte rica y poderosa de una sociedad, que supo usarla, que sabe usarla, como escudo para sostener sus privilegios. (Del prólogo de Guillermo Vazquez)