"-Tu nombre no es muy común, ¿verdad? -me preguntó Leonor mirándome con curiosidad-. Bernardino, no conozco a nadie que se llame así. Fue el primer nombre que se me ocurrió cuando me preguntó. Pero tenía razón, debí haberle dicho otro mejor, uno más sofisticado".
"-Tu nombre no es muy común, ¿verdad? -me preguntó Leonor mirándome con curiosidad-. Bernardino, no conozco a nadie que se llame así. Fue el primer nombre que se me ocurrió cuando me preguntó. Pero tenía razón, debí haberle dicho otro mejor, uno más sofisticado".