Estamos frente a una contrarrevolución geopolítica. El mundo transita a un reequilibrio posguerra fría, a través de nuevas formas de conexión y acción en el que Occidente pierde poder. La revolución geopolítica del siglo XVIII ha empezado a tener una contrarrevolución que se presenta desde finales del siglo XX, y que ha ido marcando la ruta del siglo XXI: el resurgimiento del viejo mundo no occidental, que se expresa como el restablecimiento del equilibrio fracturado entre grandes Estados, imperios e incluso civilizaciones. Un análisis sobre el curso que está tomando la historia en el siglo XXI.
Estamos frente a una contrarrevolución geopolítica. El mundo transita a un reequilibrio posguerra fría, a través de nuevas formas de conexión y acción en el que Occidente pierde poder. La revolución geopolítica del siglo XVIII ha empezado a tener una contrarrevolución que se presenta desde finales del siglo XX, y que ha ido marcando la ruta del siglo XXI: el resurgimiento del viejo mundo no occidental, que se expresa como el restablecimiento del equilibrio fracturado entre grandes Estados, imperios e incluso civilizaciones. Un análisis sobre el curso que está tomando la historia en el siglo XXI.