Israel fascina por sus contrastes: tesoros culturales únicos, con sitios bíblicos por un lado y la vida palpitante en metrópolis como Tel Aviv o Jerusalén, por el otro. En más de 350 imágenes asombrosas, uno se convierte en testigo de la diversidad del paisaje, desde el Mar de Galilea hasta el desierto de Negev.
Israel fascina por sus contrastes: tesoros culturales únicos, con sitios bíblicos por un lado y la vida palpitante en metrópolis como Tel Aviv o Jerusalén, por el otro. En más de 350 imágenes asombrosas, uno se convierte en testigo de la diversidad del paisaje, desde el Mar de Galilea hasta el desierto de Negev.