Llega la cuarta entrega de la serie «Joyas de la nobleza» con la historia de Esmeralda.
El único hombre que no podía amarla era el único al que ella deseaba.
Esmeralda Loughy tiene un solo objetivo: encontrar al hombre de su vida y casarse con él. El hombre perfecto tiene que ser un caballero simpático, alegre, romántico, fiel y, sobre todo, que la quiera tanto como lo querrá ella. Sabe que lo reconocerá en cuanto lo vea# Y así sucede, aunque hay un pequeño problema: no tiene ninguna de las cualidades anteriores, y ni siquiera cree en el amor.
Esmeralda no se dará por vencida, es una Loughy, y las Loughy son tercas. Ella está dispuesta a enamorarlo y a tener su final feliz de novela.
Anthony Price, barón de Cliffton, es un paria en la sociedad londinense. Su horrible reputación hace que los caballeros tiemblen cuando lo ven, las madres alejen a sus hijas de él y las mujeres casadas suspiren ante su aura de peligro. Después del abandono de su madre, la rabia de su padre y la muerte de su prometida hace años está convencido de que no nació para ser amado, por ello, se dedica a destruir literalmente su vida. Alcohol, juegos, mujeres, y aventuras forman parte de su cotidianidad, y no está dispuesto a cambiar...
O no lo estaba al menos hasta que esa entrometida muchacha se interpuso en su camino. Con esos ojos verdes llenos de la inocencia de quien no ha sufrido en la vida y ese carácter tan optimista, ella se dedicará a perseguirlo poniendo en peligro su corazón y también la reputación que tanto se ha esforzado en fomentar.