El comisario Salvo Montalbano y su peculiar universo imaginario de Vigà ta, en Sicilia, ya no son unos desconocidos en nuestro pais. Un mes con Montalbano y El perro de terracota bastaron para que este singular personaje se ganara innumerables adeptos. Esta novela, perteneciente a la serie de Montalbano, refuerza aun más ante sus lectores la personalidad del esceptico, irónico y en ocasiones melancólico inspector de policia. La aparente paz siciliana se ve truncada por el asesinato de una extraña. Una joven hermosa, mujer de un medico boloñes, aparece muerta en el chalet de ambos. Pocas pertenencias la acompañaban en la escena del crimen, aparte de un misterioso violin guardado en su estuche. Su bolsa de joyas se ha esfumado y todas las miradas se centran en un pariente desequilibrado que ha desaparecido la misma noche del crimen. Montalbano, con su parsimonia habitual, inicia la investigación. No cree a nadie, no se fia de nadie. Tras la muerte de un sospechoso, sus superiores dan por cerrado el caso, pero el, ni hablar. Transitando los limites de la legalidad, como es su costumbre, Montalbano ha de relacionarse y pactar con los elementos más indeseables y abyectos del hampa, iniciando un viaje a lo más oscuro del alma humana, en el fondo, su territorio predilecto.
El comisario Salvo Montalbano y su peculiar universo imaginario de Vigà ta, en Sicilia, ya no son unos desconocidos en nuestro pais. Un mes con Montalbano y El perro de terracota bastaron para que este singular personaje se ganara innumerables adeptos. Esta novela, perteneciente a la serie de Montalbano, refuerza aun más ante sus lectores la personalidad del esceptico, irónico y en ocasiones melancólico inspector de policia. La aparente paz siciliana se ve truncada por el asesinato de una extraña. Una joven hermosa, mujer de un medico boloñes, aparece muerta en el chalet de ambos. Pocas pertenencias la acompañaban en la escena del crimen, aparte de un misterioso violin guardado en su estuche. Su bolsa de joyas se ha esfumado y todas las miradas se centran en un pariente desequilibrado que ha desaparecido la misma noche del crimen. Montalbano, con su parsimonia habitual, inicia la investigación. No cree a nadie, no se fia de nadie. Tras la muerte de un sospechoso, sus superiores dan por cerrado el caso, pero el, ni hablar. Transitando los limites de la legalidad, como es su costumbre, Montalbano ha de relacionarse y pactar con los elementos más indeseables y abyectos del hampa, iniciando un viaje a lo más oscuro del alma humana, en el fondo, su territorio predilecto.