Un viaje gráfico e imprescindible al Japón más auténtico y rural.Japón es tanto una isla como un archipiélago. Y entre las cuatro mil islas que lo componen, el artista e ilustrador francés Florent Chavouet escogió una, la apacible y minúscula Manabé (trescientos habitantes, diez vehículos y tres conexiones a internet), para pasar dos meses conviviendo con sus gentes y dibujando. Como Tokyo Sanpo, su anterior obra, éste es un libro muy personal, una singular combinación de diario y guía, de crónica de aventuras e inventario de curiosidades y de instantes fugaces cazados al vuelo. La vida cotidiana en esta islita de pescadores, cuya atmósfera de calma y serenidad contrasta con el ajetreo de Tokio, emerge aquí con igual intensidad y extravagancia, gracias al interés insaciable de Florent Chavouet, a su ojo para el detalle y su sentido del humor.
Un viaje gráfico e imprescindible al Japón más auténtico y rural.Japón es tanto una isla como un archipiélago. Y entre las cuatro mil islas que lo componen, el artista e ilustrador francés Florent Chavouet escogió una, la apacible y minúscula Manabé (trescientos habitantes, diez vehículos y tres conexiones a internet), para pasar dos meses conviviendo con sus gentes y dibujando. Como Tokyo Sanpo, su anterior obra, éste es un libro muy personal, una singular combinación de diario y guía, de crónica de aventuras e inventario de curiosidades y de instantes fugaces cazados al vuelo. La vida cotidiana en esta islita de pescadores, cuya atmósfera de calma y serenidad contrasta con el ajetreo de Tokio, emerge aquí con igual intensidad y extravagancia, gracias al interés insaciable de Florent Chavouet, a su ojo para el detalle y su sentido del humor.