La Edad Media es la infancia del mundo en que vivimos, la adolescencia de nuestra modernidad, su edad del pavo o, mejor dicho, de rebelión. Lo que atrae de este período antiguo y a la vez cercano, el más cercano de los períodos antiguos, es que nos permite comprender aquello a lo que hemos debido renunciar para ser lo que somos. Pero ¿por qué se rebelaban entonces y por qué lo hacemos aún hoy? Patrick Boucheron, reconocido historiador francés, responde magistralmente a este interrogante al tiempo que aclara que aún cuando los tiempos que suceden a las rebeliones son siempre turbulentos, no existe ejemplo histórico donde lo peor haya durado eternamente.
La Edad Media es la infancia del mundo en que vivimos, la adolescencia de nuestra modernidad, su edad del pavo o, mejor dicho, de rebelión. Lo que atrae de este período antiguo y a la vez cercano, el más cercano de los períodos antiguos, es que nos permite comprender aquello a lo que hemos debido renunciar para ser lo que somos. Pero ¿por qué se rebelaban entonces y por qué lo hacemos aún hoy? Patrick Boucheron, reconocido historiador francés, responde magistralmente a este interrogante al tiempo que aclara que aún cuando los tiempos que suceden a las rebeliones son siempre turbulentos, no existe ejemplo histórico donde lo peor haya durado eternamente.