¿A qué venimos a este mundo? Es una pregunta que todos nos hacemos desde que el hombre es hombre. Alfredo Caballero y yo (como algunos de vosotros, lectores) tenemos responsabilidades como padres y queremos lo mejor para nuestros hijos. La tentación es mimarles en exceso y sobreprotegerles. Pero como me decían mis padres: ?todo lo que hagas por tu hijo que pueda hacer él, en realidad, lo que harás será perjudicarlo?. Yo enseño a mis hijos que tienen que elegir entre dos ?pastillas?, como en la película Matrix: pueden elegir la roja y cuando tengan problemas en la vida, adoptar el papel de víctima y que yo les ayude (o cuando yo no pueda que sea otro o quizás ?papá Estado?); o pueden elegir la pastilla azul y cuando tengan el viento en contra arriar las velas y ponerse a remar. Esto exige responsabilidad. Sin embargo, la pastilla roja te permitirá echarle la culpa de tus desgracias a los demás. Y tendrás el alma tranquila por un tiempo, pero un día te darás cuenta de que podías haber hecho más. Y entonces estarás en el infierno, porque el infierno en la vida es darse cuenta de que ya es demasiado