En el último cuarto del siglo XIX, el mundo de las noticias transformó la faz de la prensa periódica de Buenos Aires, acompañando las expectativas y demandas de información, agilidad y variedad de un público que se ampliaba y diversificaba al ritmo de un crecimiento demográfico espectacular. En este contexto, las corresponsalías nacionales e internacionales adquirieron una relevancia inusitada. A las colaboraciones de consagradas firmas literarias europeas se sumaron los corresponsales latinoamericanos que enviaban sus crónicas desde distintas ciudades del mundo, y el despliegue de un ejército de enviados especiales recorriendo el país para cubrir el abigarrado universo de las noticias locales. Las giras periodísticas de estos reporters viajeros se volvieron habituales como modo de dar a conocer al lector porteño el estado de las provincias y sus características intrínsecas y propiciaron, asimismo, una modalidad novedosa de construcción discursiva del espacio nacional.
En el último cuarto del siglo XIX, el mundo de las noticias transformó la faz de la prensa periódica de Buenos Aires, acompañando las expectativas y demandas de información, agilidad y variedad de un público que se ampliaba y diversificaba al ritmo de un crecimiento demográfico espectacular. En este contexto, las corresponsalías nacionales e internacionales adquirieron una relevancia inusitada. A las colaboraciones de consagradas firmas literarias europeas se sumaron los corresponsales latinoamericanos que enviaban sus crónicas desde distintas ciudades del mundo, y el despliegue de un ejército de enviados especiales recorriendo el país para cubrir el abigarrado universo de las noticias locales. Las giras periodísticas de estos reporters viajeros se volvieron habituales como modo de dar a conocer al lector porteño el estado de las provincias y sus características intrínsecas y propiciaron, asimismo, una modalidad novedosa de construcción discursiva del espacio nacional.