Buenos Aires, es la provincia más grande y poblada de Argentina. En el espacio que demarcan sus caprichosos límites, se derrama de modo yuxtapuesto, la posibilidad de transitar diferentes tiempos y texturas sociales, que otorgan signo a la historia territorial de nuestro país y gran parte de Latinoamérica. En este libro, el lente hace foco desde las pequeñas localidades. Los pueblos chicos; esos lugares que con un puñado de cuadras y algunos centenares de habitantes, nos ayudan a decodificar de qué modo se configuró el espacio pampeano; que marcas coloniales y decoloniales se inscribieron en sus estructuras territoriales y, sobre todo; qué papel jugaron y juegan las políticas públicas y las acciones locales que se dan en esos pequeños pueblos, como alternativas de desarrollo. Dictadores; decretos y resoluciones; funcionarios obstinados; trenes abandonados que vuelven a circular; soñadores y locos marginados que resignifican un pueblo entero desde el arte, son parte de estas páginas que pretenden demostrar que el territorio es un producto de alta complejidad, inacabado, múltiple y subjetivo, del cual jamás habremos podido decir todo.
Buenos Aires, es la provincia más grande y poblada de Argentina. En el espacio que demarcan sus caprichosos límites, se derrama de modo yuxtapuesto, la posibilidad de transitar diferentes tiempos y texturas sociales, que otorgan signo a la historia territorial de nuestro país y gran parte de Latinoamérica. En este libro, el lente hace foco desde las pequeñas localidades. Los pueblos chicos; esos lugares que con un puñado de cuadras y algunos centenares de habitantes, nos ayudan a decodificar de qué modo se configuró el espacio pampeano; que marcas coloniales y decoloniales se inscribieron en sus estructuras territoriales y, sobre todo; qué papel jugaron y juegan las políticas públicas y las acciones locales que se dan en esos pequeños pueblos, como alternativas de desarrollo. Dictadores; decretos y resoluciones; funcionarios obstinados; trenes abandonados que vuelven a circular; soñadores y locos marginados que resignifican un pueblo entero desde el arte, son parte de estas páginas que pretenden demostrar que el territorio es un producto de alta complejidad, inacabado, múltiple y subjetivo, del cual jamás habremos podido decir todo.