Se ha dicho de José Gabriel que era "un revolucionario que pocas veces equivocó el camino". Español llegado de niño a la Argentina, irrumpió en la esfera pública en los prolegómenos de la Reforma Universitaria, enarbolando la defensa de la cultura popular desde una izquierda desligada de condicionamientos partidarios. José Gabriel y la crítica de la cultura (1915-1932) recoge aspectos de una etapa en la que afianza su perfil polifacético. Allí se inscriben las vertientes del escritor que exploró las desigualdades, el crítico que nunca pasó inadvertido y el periodista cultural de agudas observaciones sobre lo que sucedía y podía suceder. También el pretendido sindicalista del mundo letrado, el férreo opositor al positivismo y a la eugenesia, el propagador del fútbol y el impulsor de radicales cambios en la Universidad. Aunando todas estas facetas sobresale la personalidad disruptiva de quien emprendió una constante interpelación a las distintas formas asumidas por el elitismo intelectual.
Se ha dicho de José Gabriel que era "un revolucionario que pocas veces equivocó el camino". Español llegado de niño a la Argentina, irrumpió en la esfera pública en los prolegómenos de la Reforma Universitaria, enarbolando la defensa de la cultura popular desde una izquierda desligada de condicionamientos partidarios. José Gabriel y la crítica de la cultura (1915-1932) recoge aspectos de una etapa en la que afianza su perfil polifacético. Allí se inscriben las vertientes del escritor que exploró las desigualdades, el crítico que nunca pasó inadvertido y el periodista cultural de agudas observaciones sobre lo que sucedía y podía suceder. También el pretendido sindicalista del mundo letrado, el férreo opositor al positivismo y a la eugenesia, el propagador del fútbol y el impulsor de radicales cambios en la Universidad. Aunando todas estas facetas sobresale la personalidad disruptiva de quien emprendió una constante interpelación a las distintas formas asumidas por el elitismo intelectual.