Si varios propósitos atraviesan estos trabajos, uno fundamental, es la posibilidad de volver sobre el territorio de la filosofía argentina para encontrar y proponer nuevos mapas y recorridos. O para decirlo de otro modo: leer y releer la textualidad filosófica argentina de mediados del siglo XX, atendiendo a un corpus vivo de figuras, temas y perspectivas. La reconstrucción del pasado filosófico supone modos de leerlo y de traerlo al presente. Se trata,
entonces, de pensar, o de volver a pensar, la memoria filosófica construida y, también, de advertir acerca de las coordenadas desde las cuales nos ocupamos de ese pasado. La cultura filosófica de mediados de siglo XX, con sus conceptos, teorías, prácticas y entrecruzamientos disciplinares, constituye una instancia significativa de elaboraciones y representaciones del campo filosófico y cultural argentino.Interpelar esos legados y genealogías
nos habilita a volver a leer desde nuevas preguntas y renovadas miradas hermenéuticas.
Si varios propósitos atraviesan estos trabajos, uno fundamental, es la posibilidad de volver sobre el territorio de la filosofía argentina para encontrar y proponer nuevos mapas y recorridos. O para decirlo de otro modo: leer y releer la textualidad filosófica argentina de mediados del siglo XX, atendiendo a un corpus vivo de figuras, temas y perspectivas. La reconstrucción del pasado filosófico supone modos de leerlo y de traerlo al presente. Se trata,
entonces, de pensar, o de volver a pensar, la memoria filosófica construida y, también, de advertir acerca de las coordenadas desde las cuales nos ocupamos de ese pasado. La cultura filosófica de mediados de siglo XX, con sus conceptos, teorías, prácticas y entrecruzamientos disciplinares, constituye una instancia significativa de elaboraciones y representaciones del campo filosófico y cultural argentino.Interpelar esos legados y genealogías
nos habilita a volver a leer desde nuevas preguntas y renovadas miradas hermenéuticas.